Desayuno mexicano y Londres (1)

¡Hola! Eso de las vacaciones cansa mas de lo que debiera. ¡Uff! Pero aquí andamos de nuevo. Una idea para un desayuno típico mexicano, rápido y muy sabroso es la siguiente:

Huevos a la mexicana

(2 personas)

Ingredientes:

4 huevos
½ cebolla
2 tomates pequeños
5 ramitas de cilantro
2 lonchas de jamón cocido
1 cucharada de aceite
Sal al gusto

Modo de Preparación:

Se corta el tomate en cubitos pequeños. La cebolla y el cilantro lo más fino posible. Se cortan las lonchas de jamón en cuadritos pequeños. Se calienta el aceite en la sartén a calor máximo. Ya que esté bien caliente se agregan los huevos y se revuelven para que se cuezan bien. Una vez que esto ocurra, se baja a fuego medio y se agrega el tomate, la cebolla y el cilantro. Se revuelve de vez en cuando para obtener un cocimiento uniforme. Una vez que el tomate se vea bien cocido, se añade el jamón, se da un par de vueltas para que se incorpore y ya está.

Se sugiere acompañar con frijoles refritos y tortillas de harina.


Londres 1: El Parlamento, el Big Ben y Abbey Road.

Londres ha sido tan refrescante como sorprendente. En ocasiones se tienen ideas preconcebidas sobre los lugares. Siempre había escuchado que era un lugar sombrío, antiguo, con gente solitaria que va a toda prisa, ya lo decían The Beatles en “Eleanor Rigby”. Solía escuchar la música del cuarteto visualizando diversos tonos de gris, en el cielo, en las aceras, en la lluvia, en los rostros. Sin embargo soy una enamorada perdida de las ciudades grandes y tenía que probarlo por mi misma.

Efectivamente al llegar se nota el cambio de temperatura, pero no era del todo desagradable, era simplemente fresco. El gris del cielo parecía decirme: “Tengo algo que enseñarte”. De pronto, se apartaron las nubes y el enorme parque que quedaba frente al hotel pareció cobrar vida. Los verdes, los ocres y un cielo azul con nubes blancas aderezaron la mañana. Mentiría si dijera que este estado perduraba mas allá de algunos minutos, pero ocurría de pronto, iluminándolo todo.

Como ya me declaré Beatlemaniaca perdida tenía que visitar la legendaria calle de Abbey Road donde los Beatles posaron para la portada de uno de sus discos. Es toda una experiencia, aunque el aspecto ha cambiado, se puede ver a varios aventurados turistas tratando de hacerse una foto similar. Tiene su gracia y su encanto, así como un escalofrío, ya que los coches pasan normalmente y aunque conocen el ritual, no parecen detenerse mas del tiempo estrictamente necesario.


El Parlamento y el Big Ben

Como fan perdida de la película “V for Vendetta”, era una obsesión conocer el parlamento y su famosísima torre. Cabe destacar que en realidad el Big Ben es la campana que está dentro de el reloj. La idea era tomar la foto con la máscara de V (tienen que ver la película si no lo han hecho para que vean el significado simbólico). Pero había varios problemas logísticos. Londres es una ciudad con mucha vigilancia y cualquier actitud sospechosa puede llamar la atención de los policías, y en el Parlamento había muchísimos. Así que había que hacerlo rápido y bien. Así que en dos tomas se logró la hazaña.



Londres es una ciudad muy segura y hay puntos y locales públicos donde se pueden contar las cámaras de circuito cerrado por decenas. La gente es muy amable en general. Están acostumbrados a los turistas, a ayudarlos y guiarlos.

Hay muchas formas de transportarse, el metro (conocido como “el tubo”), o los autobuses dobles, que son lo mejor para conocer la ciudad sin cansarse mucho.

Por supuesto caminar es recomendable, la perfecta mezcla entre lo antiguo y lo moderno es una delicia para los ojos. Y si te cansas siempre hay un Starbucks a mano que con música de John Lennon te permite “mirar las ruedas dar vueltas y vueltas…”