Boooooooooooh!

El tema de esta semana es fresquito, fresquito.

Tan fresquito que mi gran maestro Iker Jiménez no ha hablado de ello en su programa... aún.

La noticia saltó esta semana, después de que un tal Matthew Summers difundiera una foto, en la cual salía su novia y cinco amigas más en un día de reunión antes de ir de fiesta, y … un fantasma. No…. No me refiero al típico plasta que se acopla en todas las fotos, al ver a un grupo de chicas que salen por ahí de fiesta, no…. Esta vez, o por lo menos según el chico, se trata de un fantasma de verdad.

En la foto se puede observar al susodicho o susodicha, entre las piernas de dos de las pobres e indefensas criaturas, que con tan buena gana posaban para la posteridad, o para ser subidas con posteridad a su perfil del msn, myspace o fotolog, que tanto se lleva ahora.

El muchacho sacó la foto con su teléfono móvil, y no se percató del careto que aparecía cerca de la cortina, hasta que “se encontró con la revelación al mirar cómo lloraba la hermanita de una amiga de su propia hermana”. Ya se sabe eso de que los niños pueden ver más que uno, y tienen la sensibilidad para estos temas más despierta que los adultos, cosa que nos enseñó muy bien El sexto sentido.

Yo ya he sacado a relucir mis dotes de investigadora-parapsicóloga, que no tienen nada que envidiar a las abuelas del grupo Hepta (ver cualquier domingo Cuarto Milenio, para más información).

He aquí mi conclusión:

- En primer lugar. La niña que llora no estaba allí. Si os fijáis, os daréis cuenta de que el cutre que hizo el montaje, no domina mucho el photoshop. Debe ser el mismo que trabaja en Zarzuela y realiza las postales de navidad. Cutre, cutre, cutre…

- Dos: No es un fantasma, si os paráis con detenimiento, descubriréis quien es verdaderamente….

Y hasta aquí el post de esta semana. Corto pero intenso!