¡GUACAMOLE!

Atendiendo a algunas peticiones, el día de hoy hablaremos del guacamole. Es muy sencillo de elaborar y así no tendrán que volver a comprarlo envasado que además de mas caro no tiene la frescura que el hecho en casa. Escoger el aguacate es la parte crucial. No debe estar duro, pero tampoco muy blando. Debe ceder levemente a la presión pero no deformarse. Si alguien los compró por ustedes y está todavía muy rígido, envuélvanlo en periódico y al día siguiente ya debe estar maduro.

Ingredientes:

1 aguacate
1 tomate rojo
¼ de cebolla
1 manojo de cilantro
Sal al gusto.
1 bolsa de totopos (también conocidos como Nachos, pequeñas tortillitas de maiz, en forma redonda o de triángulo. Las hay de diversa marcas: Old El Paso, Azteca, Carrefour, etc)

Opcional:

½ limón
2 Guindillas verdes

Para adornar (opcional):

Queso fresco
Cortezas


Preparación:

Se le quita la cáscara y el hueso al aguacate (IMPORTANTE: GUARDAR EL HUESO). Se coloca en un recipiente, se agrega sal y se revuelve. Con un tenedor se apachurra hasta que quede una masa uniforme. Se corta el tomate en cubos pequeños, se rebana la cebolla lo mas fina y pequeña posible. Se pica el cilantro finamente. Se agregan al recipiente y se mezcla. Se agrega un poco mas de sal. En este momento es cuando podemos usar los ingredientes opcionales: se exprime el zumo de limón sobre la mezcla. La guindilla se agrega en pequeñas rodajas.

El hueso que guardamos se pone en el recipiente con el guacamole. Esto sirve como antioxidante, así la salsa no se tornará parduzca. También el zumo de limón sirve para el mismo propósito, sin embargo a los puristas no les gusta, ya que altera un poco el sabor del aguacate.

Para presentarlo a la mesa se recomienda espolvorear el queso fresco desmenuzado y clavar en el guacamole los totopos y las cortezas. Ahora sí, alquilemos un DVD y a comer guacamole, con una cervecita.

¡ Provecho!




No hay lugar como Cancún


En nuestro recorrido hoy pararemos en Cancún. Se encuentra ubicado en el sureste de la República Mexicana, en el Estado de Quintana Roo. Casi nadie sabe que este paraíso estaba virtualmente deshabitado e inexplorado en los años 70´s, por lo cual aún se conserva con una belleza salvaje, exótica, pero con todas las comodidades de la civilización.

Hay Cancún para todos los gustos: para los fiesteros, para quien quiere huir del mundanal ruido, para el intrépido, para el glotón.

A solo 1 hora y 45 minutos por avión de la Ciudad de México, al llegar desde arriba asombra el azul turquesa del mar y una selva esmeralda tupida, exuberante. Al descender de la aeronave y sin importar si es invierno, de inmediato nos envuelve una tibia humedad y un dulce olor a océano. Hay hoteles para todos los bolsillos, desde los económicos en el centro de la ciudad, a los todo incluido con playa privada. La arena de Cancún es internacionalmente conocida por ser blanca y suave como el talco. El agua es cálida y tranquila, llena de peces de colores, delicia de los amantes del snorkel.

La gastronomía es amplia con los mariscos y pescados como reyes de la mesa.

Por la noche se pueden encontrar decenas de bares y discotecas con los máximos despliegues tecnológicos y shows tipo Las Vegas.

Por si fuera poco impresionantes zonas arqueológicas están muy cerca:

Tulum

Chichen Itzá

de las cuales platicaremos en detalle en su momento.

Para los que huyen de la civilización, pueden ir a Playa del Carmen, a 2 horas de Cancún. Este sitio está poblado principalmente por europeos que optaron por una vida sencilla, a la orilla del mar. El hospedaje suelen ser posadas sin televisión, con actividades de yoga, meditación y comidas vegetarianas. Para los mas sociales, la famosa Quinta Avenida ofrece restaurantes con comida de todo el mundo, tiendas de artesanías, rústicos bares. En este ambiente se mezclan algunas celebridades que no quieren ser reconocidas.

Recomendable: para todo el mundo!